Un lugar para el descanso y la reflexión, el Muro de Meditación de Marilyn Oshman es un espacio único en Smither Park porque está diseñado para estar desprovisto de todo color. Si bien la mayor parte de Smither Park es una pizca de todo el espectro de colores, el Muro de meditación es de un blanco puro, lo que anima a los visitantes a detenerse y disfrutar de los hermosos detalles del mosaico. Diseñado por un grupo de artistas fuera del sitio en grandes paneles que luego se instalaron en su ubicación actual, el muro de mediación es una colección de azulejos de baño, platos, toalleros, tazas y platillos usados y rotos, y muchos otros artículos de uso común, por lo que es una exploración fascinante de lo que se puede hacer con el objeto cotidiano.